La canción del navegante

19 junio 2008

Me hablas

Filed under: Textos — quieroserpoeta @ 4:43 pm
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Imagino nuevos mundos

Tú me hablas, me hablas de responsabilidad, de convencionalismos, de hipotecas, de lo que debe y no debe ser; me hablas de facturas, de suegros, de tardes de paseo y de películas en DVD; me hablas de amigos en común, de planes de futuro, de hijos, de sentar la cabeza, de estabilidad, de destinos prediseñados.

Yo también te hablo, pero te hablo de versos imposibles, de atardeceres de mil colores, de besos que fluyen libres, de sentimientos que no saben lo que son los asteriscos; te hablo de quereres sin principio ni fin, de casas sin tejado, de días estrellados y de noches de sol; te hablo de campos mojados por la lluvia, de sonrisas que juegan como niños, de palabras que sin ser inventadas ni pronunciadas viven por sí mismas.

Y de nuevo me hablas de trabajo, de señores con traje y corbata que ofrecen un puñado de ladrillos, de jornadas laborales sin descanso; me hablas de lo magnífico de los aparatos eléctricos, de lo bonito de un gran coche, de lo genial de un vestido o del rímel con el que te maquillas; me hablas de marcas, de caché, de status y de cosas que no entiendo.

Yo… yo te hablo de nuevos mundos, de seres extraordinarios, de lagos cristalinos y de sueños tan reales que se pueden tocar con la mano; te hablo de guerras milenarias, de héroes formidables y de historias que desaparecerían con tal solo ser contadas; te hablo de grandes amores, de destinos no escritos, de vidas que no saben de lazos ni ataduras.

Me hablas, de nuevo me hablas. Me hablas de gente, de ideas prefijadas, de algo llamado “qué dirán”, de voces que ni tú ni yo conocemos, de opiniones hirientes y cargadas de quina; me hablas de poder, de superioridad, de pretender ser más y mejor que el resto de la humanidad; me hablas de lo que compran los vecinos, de adónde van, de cómo visten, de qué hacen, de cómo emplean el tiempo.

Yo termino por perderme en tu discurso porque te hablo de sencillez, te hablo de humildad, de confianza en las personas, de bondad, de autorrealización, de respeto a los demás; te hablo de simplicidad, de corazones abiertos, de gestos sonrientes, de manos que buscan ser estrechadas, de prestar ayuda a aquellos que puedan necesitarla; te hablo de luchar por lo justo, de tener fe en lo que nos rodea, de mantener siempre y pase lo que pase una mirada de esperanza ante la adversidad.

Me sigues hablando pero ya no te oigo. No te escucho, no sólo porque no comprenda ni la centésima parte de lo que me dices sino porque no puedo concentrarme en tus palabras: tus labios me lo impiden. Mueves los labios, yo los miro y mientras los veo moverse se me hace que esos señores de traje y cortaba son en sí mismos seres milenarios, que la ropa de marca es en realidad un puñado de armaduras de algún ejército de novela, que hasta esos coches de los que ya me has hablado son unicornios con poderes mágicos y que incluso los DVDs con los que pretendes que pasemos el fin de semana son poemas que me dedicas, poemas en forma de imágenes.

Tú me hablas de cómo debe ser el amor, o lo que es peor, de cómo te han contado que debe ser. Yo te hablo de cómo lo veo yo, de cómo lo siento yo. Son dos idiomas distintos, jamás nos entenderemos, pero si permaneces aquí, a mi lado, nuestras contradicciones cobran sentido, porque sin ti no existirían ni mis mundos imaginarios ni estas palabras de loco que ahora escribo.

4 comentarios »

  1. Hola Navengante:

    Te quiero dar ánimos por tu trabajo y por unirte a la senda del sufrir disfrutando.

    Un Abrazo

    Comentarios por PEtEr — 20 junio 2008 @ 9:45 am

  2. Dos abrazos más para tí, compañero. Y ánimo, que sobran cabrones y faltan poetas 🙂

    Comentarios por El navegante — 20 junio 2008 @ 2:33 pm

  3. Me gustan tus palabras….. ¿eres real?

    Comentarios por artemiza — 26 octubre 2008 @ 6:50 pm

  4. Jejejeje, sí, soy real. Un chico no tan joven (27 tacos) en un pueblo lleno de pijos de garrafón y de pedorras que se creen más que nadie. Añade a eso algunos chulitos que se aprovecha de los indefensos, un buen número de buitres busca-agujeros, niñatos insoportables y más de uno que bien se merecen dos buenos guantazos.

    En definitiva, me muevo en las noches de los fines de semana, un mundo muy hostil. Escribo porque de lo contrario reventaría por dentro.

    Comentarios por quieroserpoeta — 27 octubre 2008 @ 1:16 am


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